viernes, 30 de marzo de 2012

Capítulo 9 (DISCULPAD MIS RETRASOS)

CAPITULO 9

MEL

Entramos dentro de casa y me senté en el sofá mientras Sam preparaba las camas y se ponía el pijama.
Yo estudiaba la habitación, nada fuera de lo normal, una chimenea, una barra de bar con butacas, plantas, una mesa de comedor, cuadros.
Pero algo me llamo especialmente la atención.
Era un cuadro de un señor. Estaba muy serio, tenía el ceño fruncido y posaba tieso como el palo de una escoba.
Le miré atentamente, tenía algo, algo que me llamaba la atención , algo que no me… no me gustaba.
Sam salió de la habitación y se puso a mi lado.
-¿Quién es?
-Mi tio.
-¿Vendrá mañana?
-Veras el…
Le miré.
-Lo entiendo.
Asintió con la cabeza.
-¿Qué le paso?
-Verás el… no era muy simpático.
-Se le ve en la cara.
-No, pero estaba enamorado.
-Entiendo.
-Verás, él estudio medicina y en la universidad se enamoró de una chica, Rose, al poco tiempo empezaron a salir y todo iba bien hasta se comprometieron, pero cuando Rose fue con su hermana a probarse los vestidos de novia, tuvieron un accidente de tráfico, su hermana quedó en silla de ruedas y ella murió. Él no lo llegó a asumir del todo, fue el amor de su vida por decirlo de alguna forma le daba meido enamorarse otra vez, lo veía como una especie de… traición, aunque su mujer ya no estuviera viva, pero al final apareció alguien que le hizo como flotar, según me contó mi madre que le había dicho él lo contaba como si al verla la gravedad no exisitiera, se casaron, iban a tener un hijo, pero el parto se complicó y mi tía decidió salvar a su hijo antes que a su propia vida y murió en el parto, mi tío pensaba que estaba condenado o algo así se volvió loco, soñaba que veía como la gente se moría y luego decía que se hacía realidad, que la gente con la que soñaba moría tambien, la gente realmente le daba por loco, quien no, cuando mi primo cumplió quince años le encerró en casa, y el se escapó, es un delincuente, robaba y vendía droga a menores en la puerta de los colegios. Finalmente mi tío se cortó las venas en la bañera.
-Madre mía, pobre hombre, ha tenido que sufrir un montón.
-Sufrió, digo yo para llegar a tales extremos, como suicidarse.
-Ya…
Me sonrió.
-¿Por qué no vas a ponerte el pijama?
-Sí, eso voy a hacer.
Me dirigí a la habitación del fondo a la derecha, pero me paré a la mitad.
-¿De verdad crees que la gente que sueña con que la gente se muere está chiflada?
-Bueno… la verdad… me parece extraño, puede ser, no lo se, no me a pasado nunca, pero bueno, no lo se…
Asentí y entré en la habitación.
Era una habitación blanca, prácticamente vacía, tenía dos camas, una silla en un rincón y una cómoda regia antigua.
Ni fotos, ni cuadros, nada.
Cogí mi mochila y me puse el pijama.
Salí y Sam estaba sentado en el sofá arropado con una manta.
Me senté a su lado.
Me rodeó con su brazo.
-¿Tienes frío?
Negé con la cabeza.
Sam tenía puesto una película de ciencia-ficción de extraterrestres, las típicas de los muñequitos verdes con los ojos muy grandes negros, con tres dedos en las manos y mas bajitos que una persona normal.
En la película se podía ver a un extraterrestre en una casa con un vestido y con una peluca, lo cual me recordó a E.T mogollón, a su lado estaba un señor con un traje. La ``chica´´ tenía unas gafas de sol puestas, cuando el señor pensó que estaba dormida, intentó taparla con una manta, ella le mordió y le arranca un dedo, el empieza a gritar el otro se quita la peluca y saca una pistola.
Una estupidez en resumen.
Bostecé.
-¿Tienes sueño?
-Sí.
Sam apagó la televisión nos quitó la manta de encima y me agarró de la mano para que le siguiera hasta la habitación, una vez allí, encendio la luz y me dijo que me metiera en la cama y que cuando le dijera apagaba la luz.
Me metí en la cama, las sábanas estaban frías pero agradecía mogollón estar tumbada sobre una superficie blandita.
-Ya puedes apagar.
Apagó la luz y se acercó a mí, no le veía, pero oía sus pasos.
Me dio un beso de buenas noches.
-Hasta mañana.
-Hasta mañana, Sam.
Me tumbé boca arriba y cerré los ojos.
``La casa de los abuelos de Sam estaba llena de tranquilidad, una mujer, no la veía, estaba dada la vuelta entra en la casa, deja el sombrero de paja en la mesa de centro, entra en la habitación de la izquierda y después en el baño, cierra la puerta a sus espaldas.
Al poco rato, la puerta de la casa se abre de nuevo, no se quien entra, o le veo, solo sé que es un hombre, lleva un cuchillo de la mano, entra en el baño y cierra la puerta.´´
-¡NO!
Cuando abro los ojos Sam está sentado a mi lado.
-¿Qué te pasa?
Estaba muy nerviosa, el corazón se me salía del pecho sudaba y lloraba.
Sam me agarró los hombros.
-Mel, mel tranquila.
Le abracé y el me abrazó también.
-Ya está.
-No, no está.
-¿Qué?
-Sam, estoy chiflada, sí, puede que para ti si, pero alguien, una mujer entraba al baño a bañarse y al rato entra un hombre y la mata… ¿Cómo lo explicas?
-Pues… es un sueño, Mel, tranquilizate ¿quieres? es una pesadilla, esto no es real.
-Por la noche son pesadillas, no reales, pero por el día todo cambia.
-¿Qué quieres decir?
-¿Sabes porque te pregunté antes por lo de tu tío?
-Eh..
-No, verdad, no lo sabes, a mi me pasa exactamente lo mismo, desde que murió mi hermano tengo sueños ¿Sabes? no son pesadillas normales, el accidente de aquella chica en el coche, la noche antes yo lo soñé, todas las víctimas que ha habido a lo largo de este año, desde que murió mi hermano, se han hecho realidad, llamame chiflada, loca me da igual, vete, desaparece, no me hables nunca. Pero es así, Sam, es así.
Sam me miraba perplejo, sin pestañear, parecía como si mis palabras le hubieran traumatizado. 

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