sábado, 18 de febrero de 2012

Holaa!

Hola, el otro dia que se me ocurrio mirar en los correos del gmail vi que una chica me envio uno diciendome que si escuchaba musica mientras escribia y que donde me inspiraba.
Vale, pues os voy a decir que si, escucho musica mientras escribo, sobretodo las escucho de youtube subttuladas en español, antes de ponerme a escribier, mas que nada por una cancioncilla que con la letra en ingles me pueda parecer que me inspirara a la hora de escribir. Ahora abajo os pondre la cancion que me inspiro a escribir el 1er capitulo. 
Sitios en los que me inspiro: rara vez me he inspirado en mi casa, me suelo inspirar mas en clase, siempre cuando me aburro es decir siempre escribo en clase, ante todo en tecnología y en lengua, porque mis profesores no se enteran de nada, es como un TENGO QUE ESCRIBIR me voy a la ultima pagina del cuaderno y escribo como si me fuera la vida en ello aqui, las cosas como son.
Bueno, Carlita1998 (nombre de la chica que me envio el gmail) espero haberte aclarado la pregunta. Aquí te dejo las canciones.
Son de Big Time Rush, mi grupo favorito, además habreis leido que en uno de los capitulos ahora mismo no se en cual aparece ``any kind of guy´de big time rush os animo a buscar canciones suyas, tanto en ingles como en español. No os defraudaran, palabra de Rusher.
Buscad estas canciones en español, esta os la dejo yo.

martes, 7 de febrero de 2012

Capitulo 8

Capítulo 8
Mel(Tardé tanto en subir el capítulo porque fue complicado escribirle, lo siento)
 -Hola.
-Hola…
Me dedicó una de sus sonrisas.
-Pasa.
-Gracias.
Entró dentro y llevaba algo de la mano se dio la vuelta.
-Esto es para ti.
Me tendió un regalito con un envoltorio rojo con un lazo plateado.
-¿Para mi?
-Si…
-Gracias, pero no hacía falta.
Lo desenvolví con sumo cuidado y dentro había una cajita negra, abría la caja y dentro había un collar precioso, era un cordón negro con una caracola plateada.
-¡Me encanta, gracias!
Le dí un abrazo y el me devolvió.
-No es nada, pensaba dártelo en el hospital… pero da igual.
-No importa, antes que después.
Mi madre apareció del salón con su maleta de la mano.
-Hola, Sam.
-Hola.
-¿Cuándo salimos?
-Pues…
Llamaron al timbre.
-Ahora.
Los tres nos echamos unas carcajadas.
Abrimos la puerta y los padres de Mel nos esperaban con el coche arrancado y el maletero abierto.
-Hola, mamá.
-Hola a todos.
Mi madre saludó con la mano al padre de Sam que estaba luchando con el maletero del coche, mas que nada para que no se cerrara.
-¡Niños, nos vamos!
Mis hermanos y mi padre salieron como cohetes del salón con las maletas en la mano.
Nos pusimos los abrigos y salimos, metimos las maletas en el maletero del coche y nos montamos en el coche.
Tras unas largas dos horas cantando como idiotas en la parte trasera del coche, llegamos a nuestro destino.
Aquel paisaje verde, sumando el canto de los pájaros nos daba la bienvenida.
La casa de los abuelos de Sam era… bastante mas grande que como yo me la imaginaba…
Sam se bajó del coche el primero y después me abrió la puerta.
-Vaya, que caballero, muchas gracias.
Me sonrió en lugar de decir un simple ``de nada´´.
Los abuelos de Sam salieron a la puerta, a darnos la bienvenida. Los abuelos de Sam eran… bastante mas modernos de lo que todos pensaban.
Su abuela, por ejemplo, llevaba unos pantalones vaqueros con una blusa rosa fuccia con flores blancas. Su abuelo, por su parte, llevaba un mono de mecánico, me imaginaba que estuviera haciendo cualquier cosa, como arreglar un tubo de escape o… algo por el estilo.
-¡Buenas, bienvenidos!
Bajaron las escaleras y nos dieron dos besos a cada uno.
Sam me dio la mano y subimos las escaleras.
El recibidor de la casa era… elegante, la pared era blanca, el suelo era de mármol blanco, también, todo brillaba mucho y en el medio unas escaleras anchas con una alfombra azul oscuro.
-¡Vaya tela con tus abuelos!
Sam soltó una carcajada.
-Si… es bastante grande y… elegante.
-No si eso… ya lo veo.
Me sonrió.
-Vamos, te llevaré a tu habitación.
Subimos las escaleras y entramos en la segunda puerta a la derecha.
Una habitación rosa claro con los muebles en blancos, una cama con dosel y un tocador muy cuco con un espejito decorado con flores me diría buenos días todas las navidades.
Era una habitación de princesa, todo lo que una niña pequeña la gustaría.
-Me habría gustado tener una habitación así cuando tenía siete años aproximadamente.
-Me parece que a todas las niñas, la habitación de mi hermana también es parecida.
-Osea, que esta casa está adaptada para… princesas.
Me miró y me sonrió.
-Por eso estas tu aquí.
Le sonreí yo también.
Nos quedamos varios minutos mirándonos hasta que mi hermana Sophie nos interrumpió.
-¡Vaya! pedazo habitación.
La miré con mirada asesina.
-Sam, venía a buscarte porque necesito encontrar mi habitación.
-Sí, ahora mismo te la enseño.
Sam se fue con mi hermana fuera, al pasillo y cerraron la puerta a sus espaldas.
Suspiré.
Puse la maleta encima del escritorio y comencé a sacar las cosas, lo puse todo ami gusto, guardé la ropa en el armario. Lo que me recordaba que tenía que cambiarme, tenía la ropa arrugada del largo viaje.
Me puse un chándal y listo.
Bajé las escaleras y salí al patio, los abuelos de Sam estaban preparando algo que olía muy bien en la parrilla, Miranda y Patrick jugaban tirandose por el césped y Sam y Simon estaban echando una partida a las damas.
Me acerqué donde estaban los chicos.
-¿Quién va ganando?
-De momento Simon, luego ya veremos.
-Interesante.
Me senté al lado de mi hermano y observé la cara de concentrado que tenía, la verdad, esa cara se la había visto en muy pocas ocasiones.
Papá y mamá aparecieron de repente con pinchos para hacer a la parrilla.
Me acurruqué en la silla y cerré los ojos.
-Es impresionante el calor que hace aquí, cualquiera diría que nos hemos ido a la otra punta del mundo.
-No… es la otra punta del país, pero como si lo fuera cuando en la ciudad hace frío aquí, hace calor, cuando aquí hace frío, en la ciudad hace calor.
-Umm…
Tenía los ojos cerrados, pero aún así notaba como Sam me miraba atentamente, abrí un ojo.
-Tu al juego, yo al sol.
Soltamos a la vez una carcajada.
¡Venga, Sam, tío mueve de una vez!
-Bueno, sin pegar.
-¿Quién a hablado de pegar?
Abrí los ojos.
-Simon… es un… decir.
-Ah.
Sam movió su ficha y yo volví a cerrar los ojos.
-¡A comer!
Los volví a abrir… nos levantamos de la mesa y nos sentamos en otra mas grande todos juntos.
La abuela de Sam muy amablemente, nos sirvió a cada uno dos pinchos.
Yo me llené enseguida.
Sam estaba sentado a mi lado.
Me agarró la mano.
La abuela de Sam se levantó de la mesa, al parecer, ya habían comido todos.
-Bueno, chicos, esta tarde iremos a dar una vuelta por el bosque.
Sam se incorporó para, mirarme.
-¿Te dan miedo los bosques frondosos?
-No, en absoluto, me gustan los árboles.
-Interesante…
Le miré con cara de asombro.
-¿Qué, vas a tomar nota también?
-No, simplemente, este viaje me va a servir para conocerte mejor.
-Bueno, pues la verdad, soy bastante simple.
Me miró atónito.
-¿Simple?
-Hombre, no simple, tengo venas, órganos, ya sabes, lo normal.
-No, no te referías a ese ``simple´´.
-Oye, Sam es una broma, no… son bobadas mías.
-Menos mal…
La abuela de Sam se acercó a nosotros.
-Sam, cariño, necesito que vengas un momento a la cocina.
-Si, claro abuela.
Sam me guiñó un ojo antes de entrar por la puerta.
Mi hermano Simon se acercó mas a mí.
-Entre ese y tu hay algo ¿verdad?-Susurró.
-¿Qué?-Susurré yo.
-¡Venga ya, Mel!
Le miré atónita.
-Se nota mucho.
-¿El qué? listo.
-Te conozco, se qué si no hay nada entre vosotros dos, lo habrá o ese tío te gusta.
-¿Y…?
-Nada, que lo sabía.
-Bueno, y que pasa si alomejor me gusta un poco…
-¿Un poco?
-He dicho alomejor, solo alomejor.
-Alomejor nada, ese tio te gusta y tu le gustas a él.
Le agarré el brazo y tiré de él hacia abajo.
-¿Cómo dices?
-Que tú le gustas a él.
Le miré atónita.
-Venga ya,Mel.¿No te habías dado cuenta?
En verdad no.
-No…
-Pues por como te mira…
Me mira, osea que me mira.
-¿Me mira?
-Lo hace…
Sam y su abuela aparecieron cin una bandeja de pasteles de la mano. Su abuela con una sonrisa en la boca los dejó en la mesa.
Se acercó hacia Sam.
-Mañana temprano llegan los  primos de Australia.
Tenían familia en Australia… ¡Que nivel!
Después vi que le decía algo a Sam en el oído, él sonrío y asintió.
Su abuela se alejó.
-¿Tienes primos en Australia?
-Si…
-Interesante.
-Te caerá genial mi prima Miriam, un cielo de chica, y su hermana igual.
.Me gusta conocer gente nueva, tienes suerte.
Le sonreí.
-Oye Mel.-Hablaba mas bajo.
-Si.
-¿Te apatece dar un paseo por el bosque y te enseño la zona?
-Me encantaría.
-Llévate ropa
-¿Por?
-Vamos a la cabaña de mis abuelos.
-Vale…
Me sonrió y se dio la vuelta, entré en casa y fui a mi cuarto, cogí unos vaqueros y una camiseta marrón con letras en negro la metí en un bolso grande y me le coloqué debajo del brazo derecho.
Bajé las escaleras y Sam me estaba esperando en la puerta con una cesta de picnic de la mano.
-¿Picnic?
-Sí.
Por el camino Sam me explicó la razón de porque nos quedabamos en la cabaña.
Sus primos llegarían allí por la mañana, no se quedaban en casa de sus abuelos. Aunque habitaciones sobraban, y querían darles una sorpresa. Lo que no entendia muy bien era porque tenía que ir yo…
-Llegamos. Dijo Sam.
El río corría silenciosamente, sus aguas cristalinas, estaban iluminadas por los últimos rayos de sol del día, los árboles verdes que lo rodeaban se mecían con el viento y los pájaros cantaban. La cabaña de la orilla seguramente que fuera la de los abuelos de Sam.
Era una cabaña de madera clara, de una sola planta, tenía pinta de ser muy calentita y acogedora.
-¿Te gusta?
-Mucho.
-Lo sabía.
Nos miramos.
-¿A quién no le gustaría esto?
-A alguien que odie la naturaleza.
-Dudo mucho que incluso a esas personas no les gustara.
-Pues… estamos en plena naturaleza, no hay nada alrededor de nosotros, solo árboles.
Me gustaba la idea de estar un rato a solas, fuera de ríos, solo con el alegre sonido de pájaros cantando y del agua.
-Voy a ir preparando el picnic, mientras tu… haz lo que quieras.
Le sonreí.
Me dio las llaves de la cabaña.
-Por si necesitas ir al baño o entrar a cambiarte.
-Gracias.
La idea de entrar a cambiarme me gustaba, tenía el chándal lleno de barro, pero estando en el campo lo único que iba a adelantar cambiándome era no tener ropa limpia.
Pero si que entré en la cabaña.
Las paredes eran de la misma madera que fuera, una chimenea con aspecto de dar mucho calor era una espacie de… adorno principal.
La cocina estaba en el salón, les separaba una barra de bar con unas butacas. El salón estaba amueblado con dos sofás en marrón oscuro y una televisión pequeña. Tenía dos puertas de madera también.
Sam entró en la cabaña.
-¿Te gusta la cabaña?
-Me parece muy… acogedora.
-Lo de fuera ya está.
Asentí y salimos fuera.
Era un picnic completo… manta de cuadros, cesta, sándwich…
-Completito eh…
-¡Por supuesto!
Nos sentamos uno enfrente del otro y Sam me tendió un sándwich.
-¿De que son?
-De queso.
Asentí y cogí uno.
-Esta muy rico.
-Mi abuela, que compra un queso…
Solté una carcajada.

Cuando terminamos de cenar y lo recogimos todo nos tumbamos a mirar las estrellas.
-¿Ves eso?
-¿El qué?
Señaló el cielo.
-Ves eso que parece un platillo volante.
Le miré.
-E.T teléfono mi casa.
Me miró y soltamos una carcajada.
-Podría ser E.T
-Sí o Britney Spears de gira mundial en un platillo volante privado.
-Podría ser…
No sé como pasó que de repente estábamos los dos de pie y abrazados.
Me besaba o yo le besaba a él , no lo sabía. Pero me daba igual.
Me aferré a su cuello con mas fuerza.
Mi corazón latía con fuerza y el de Sam también, podía sentirlo.
Nos separamos, pero continuamos abrazados.